LA ESPIRITUALIDAD SALESIANA DEL COTIDIANO
“SER CONTEMPLATIVOS EN LA ACCIÓN EDUCATIVO PASTORAL SALESIANA”
Lo que en el fondo caracteriza la espiritualidad salesiana es la espiritualidad del cotidiano. Se trata de una espiritualidad que nos lleva a ser contemplativos en la acción, es decir:
A tener una profunda interioridad – espiritualidad cotidiana y apostólica.
A saber descubrir la presencia del Señor en cada momento, circunstancia, acontecimiento de la vida, sobre todo, en los jóvenes, nuestros destinatarios. El CG 23 de los SDB nos dice que Dios se hace presente en los jóvenes: “creemos que Dios nos está esperando en los jóvenes para ofrecernos la gracia del encuentro con él y disponernos a servirle en ellos, reconociendo su dignidad y educándoles en la plenitud de la vida” (CG 23, 95). Se trata de vivir una profunda caridad pastoral hacia los/as destinatarios-as de la misión salesiana, alimentada por un continuo diálogo con el Señor (C. 85-95)
A saber vivir nuestro cotidiano, en comunión continua con el Señor, inspirados por su palabra, haciendo siempre su voluntad y no nuestra voluntad.
A Vivir continuamente, en nuestro cotidiano, en la acción educativo pastoral, la Primacía de Dios; una primacía que para nosotros es mística (profunda relación con Dios) y profética (profundo compromiso con nuestros-as destinatarios-as y su realidad).
A vivir la “Gracia de la unidad” que vivió Don Bosco y Madre Mazzarello. “La gracia de la unidad, es don del Espíritu Santo y síntesis vital entre unión con Dios y entrega al prójimo, entre interioridad evangélica y acción apostólica, entre corazón orante y manos trabajadoras, entre exigencias personales y compromisos comunitarios”; integra armónicamente, en la alianza con Dios, la misión apostólica, la vida comunitaria de la CEP y nuestro compromiso de creyentes. De Don Bosco se dice que era “profundamente humano y profundamente hombre de Dios”. Para el cristiano de hoy y por tanto para nosotros, no siempre es fácil llegar a la unidad vital del ser y de hacer, del amor a Dios y el amor al prójimo, de la oración y el trabajo, de la acción y la contemplación.
A ser siempre para los/as jóvenes y su mundo, signos y portadores del amor de Dios; ellos/as encuentran a Dios, especialmente, a través de nosotros.
Tomado del Nivel 1 "Núcleo Espiritual" PROYECTO LAICOS
